La forma más segura de invertir estando en circunstancias muy inestables y críticas, después del ORO, son las inversiones en inmuebles; en estos tiempos quien tiene liquidez, puede transformar sus ahorros bancarios en inmuebles y para ser más específicos en tierras agrícolas.
Estos días en cuarentena nos ha llevado a un cambio de visión en la forma de invertir; la economía mundial tomó un giro inesperado y la globalización se convierte en una desglobalización, si hasta hoy la interconexión entre países ha sido el punto más importante para el crecimiento de los grandes negocios, en donde el mundo se convirtió en una vitrina que exhibe productos, servicios y tecnología; esta globalización se ve debilitada por la crisis que genera esta pandemia, convirtiéndose hoy en un mercado débil, limitado e impedido de seguir creciendo, generando cambios drásticos.
Si analizamos de forma real y objetiva, todos los productos y servicios se fortalecerán al interior de cada país; y si profundizamos con una visión optimista, a mediano plazo los menos afectados serán los países latinoamericanos, verán más rápido la luz al final del túnel, tienen aún mucho que explotar en lo que agricultura se refiere, veamos ¿por qué?
Los países como Brasil, Perú, Chile, Colombia, Uruguay son ricos que lideran la lista de países con una estabilidad económica, jurídica y social, por lo menos frente a sus vecinos como Argentina, Ecuador, Venezuela; aunque tengan limitaciones en el desarrollo de sus productos, servicios y tecnología frente a los países europeos, estos también son ricos por tener el 90% del área forestal y cientos de miles de hectáreas para la agricultura sin explotar en toda América Latina.
Lo que se aproxima después de esta crisis sin precedentes es un debacle económico para todos los países sin excepción, esto implica el desabastecimiento de alimentos en Europa debido al cierre de fronteras, este hecho inédito puede convertirse en una oportunidad para los países latinos, porque el mercado extranjero tendrá aún más la necesidad de productos alimenticios que no podrán cubrir con su propia producción, ellos no tienen las millones de hectáreas que tiene Latinoamérica, siendo de esta forma, hoy la mejor inversión en estos momentos es en tierras de cultivo.
Si estas tierras fueran explotadas por medio de convenios con empresas y socios estratégicos los cuales pueden ser personas naturales con experiencia en la agricultura y la agroindustria, ambos del mismo país de origen, se crearía proyectos ejecutables para la explotación de estas grandes y pequeñas extensiones de tierras, convirtiéndose así en una fuente de riqueza y crecimiento económico al interior de estos países.