El tiempo va pasando y con ello paso a paso las tendencias van cambiando, y no es tema de asombro al decir que el diseño de interior va tomando formas distintas al paso de los años ya que, de eso se trata, de transformar espacios y por ende se tienen que tomar diferentes maneras de hacerlo posible.
Hablar de diseño de interiores es hablar también de evolución en las formas de pensar, sentir, generar sensaciones y percibir el mundo en el que vivimos. Más allá de los materiales utilizados en cada época, la conformación de figuras y las características que ha tomado cada estilo, responde al modo de vida que la gente ha adoptado durante estas generaciones.
Tomemos como primer ejemplo los años 50, en los que el radicalismo tendría un lugar importante en los hogares. Por un lado, tenemos la “modernidad” (de ese entonces), que se representaba a través de líneas suaves pero marcadas, coloraciones notables y el movimiento implícito en cada elemento.
Diez años después las características sociales evolucionarían con una tendencia post-modernista y de revelación, rescatando elementos de décadas pasadas, como el estilo victoriano, georgiano; la imaginación de futuras estructuras y formas, planteando también la falta de inhibición al buscar impactar en la gente que fijaba las miradas en este rubro. Un ejemplo de esta tendencia fue el Pop Art, que expondría espacios, formas y colores en combinaciones exóticas.
El DIY (Hazlo tú mismo) llegó a nuestras vidas en la década de los 70, así, el involucramiento de cada autor (O sea nosotros mismos) propondría su estilo e impregnaría las piezas del hogar a gusto, a través de lo rústico y lo natural. Los esfuerzos se vieron reflejados en las tonalidades vivas, lo brillante, y en materiales como madera, plástico y el vidrio (productos fáciles de encontrar).
Los 80 tomaron un rumbo más futurista con las tendencias “shabby chic” y “avant garde”, en donde la geometría era la clave para los mobiliarios. Se le conoce también como la “década de los excesos”.
En los años 90 empezamos a tener toques del “minimalismo”, y aunque algunas influencias de los 80 todavía eran rescatables, la cuestión natural tuvo mucha presencia en los hogares, basta con recordar los muebles de una sola pieza, con materiales pesados, pero duraderos.
En los años siguientes al 2000 los muebles de armado propio tomaron el mercado; pues la tecnología se haría parte del diseño y usabilidad de cada pieza. No podemos dejar de lado la tendencia a lo plano, el multimedia y cómo éstos moldearían el diseño general de cada ambiente de la casa.
Ahora la generación busca “tener menos y lograr más”, es decir, economizar en la cuestión de diseño e inversión, y aprovechar los espacios de cada parte que conforma nuestro hogar y a la vez sea multifuncional.